Disponemos de dos naves de 1.000 m2 con dos zonas exteriores de 120.000 m2 cada una, que garantizan que nuestras gallinas puedan salir a tomar el aire exterior, con 4 m2 de terreno para cada gallina, con pasto y con árboles para la sombra.

Los núcleos de producción están acondicionados con la última tecnología en sistemas de alimentación, ventilación y bienestar animal.

Recogemos los huevos diariamente para garantizar la máxima frescura. Desde los ponederos, y a través de un sistema de cintas transportadoras, los huevos entran a nuestro centro de clasificación de forma mecanizada, evitando cualquier contacto manual para garantizar la máxima higiene.

En la máquina clasificadora y ayudados por la tecnología más puntera, desechamos los huevos que no cumplen con nuestro estricto sistema de calidad, mientras que los que son óptimos son envasados automáticamente y son enviados a su destino inmediatamente.

En el propio proceso de clasificación imprimimos en cada huevo y estuche nuestros datos de explotación, nuestro centro de producción del que proviene, la forma de cría campera de nuestras gallinas y la fecha de consumo preferente. Aquí comienza nuestro conciso sistema de trazabilidad: Los estuches se introducen en cada formato distribuimos, y a cada uno de estos formatos les adherimos una etiqueta única con los datos de puesta, los estuches que contiene, la línea por la que se clasifica, la fecha y hora de clasificación, el origen, el formato,….Cada etiqueta identificativa lleva un código de barras único e irrepetible a lo largo de todo el proceso de producción.

Cada uno de los formatos se paletizan de manera manual en función de los requerimientos de nuestros clientes, pasan a nuestro almacén de distribución de 2000 m2 y son de nuevo identificados con etiqueta de códigos de barras únicos. De esta forma identificamos unívocamente cada palet para su distribución y puesta en el cliente final. Finalmente casamos clientes y huevos enviados, almacenando de esta manera toda la información del producto que enviamos.